Constituida en 1951, la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría se unió recientemente a las más de 150 organizaciones que hacen parte de la red global de miembros de HelpAge International en más de 85 países.
La Sociedad, comprometida a difundir conocimientos y promover en Argentina y América Latina el desarrollo gerontológico, ha facilitado discusiones científicas y publicaciones de sus trabajos a través de su oferta académica, su revista S.A.G.G. y sus congresos nacionales que tienen como objetivo brindar y actualizar herramientas para mejorar la calidad del trabajo en la gerontología y geriatría.
Recientemente, fueron escogidos como sede central del Congreso Internacional de Geriatría y Gerontología para promover los conocimientos gerontológicos. A su vez, la organización incorporó a su trabajo la eliminación de sujeciones en los centros geriátricos con el fin de desnaturalizar algunas prácticas que hacen daño a las personas mayores.
¿Cómo se dio la creación de la Sociedad Argentina de Geriatría y Gerontología?
La Sociedad lleva más de 75 años y creó, en principio, con una serie de médicos que estaban interesados en la geriatría. Poco a poco fuimos incorporando más profesiones porque sino no podríamos llamarnos la Sociedad de Geriatría y Gerontología. Al comienzo nuestra función fue la capacitación en geriatría y actualmente tenemos cursos para cuidadores, cuidados paliativos, centros geriátricos…
¿Qué momentos de mayor orgullo ha tenido la Sociedad?
En el 2013 competimos con Australia y Holanda para ser sede del Congreso Internacional en el 2021. ¡Ganamos en sociedad con la Asociación Gerontológica de Argentina! Esto nos llena de orgullo porque el año que viene el presidente será argentino, el doctor Ricardo Jáuregui y Argentina será sede hasta el 2025. Además, esto es importante porque facilita que la gente en Latinoamérica vaya al Congreso y se conozca su trabajo.
¿Cuáles son sus principales objetivos?
El principal es la capacitación porque queremos que mejore la calidad de vida de las personas mayores y para eso nuestro camino es lograr que sean mejor tratados social y sanitariamente. También lo es la eliminación de las sujeciones para cambiar algunas costumbres de las personas que hacen daño a las personas mayores.
¿Por qué trabajar por y para las personas mayores y el envejecimiento?
Los ancianos nos atraen en diferentes aspectos, en primer lugar, por la potencialidad que tienen y que no se ve por los mitos y prejuicios que hay sobre ellos. Ellos son sumamente agradecidos y respetuosos. También es porque uno tiene un “feeling” especial para atender a las personas mayores, no solo por el anciano vulnerable sino también por el robusto, que aparentemente no necesita nada, pero aunque sea necesita conversar.
Finalmente, ¿podrías contarnos una anécdota que te haya impactado desde que empezaste a trabajar en la Sociedad?
“En la vida a uno le pueden pasar cosas buenas y malas, esto es como cuando a los arboles se le caen las hojas y vuelven a florecer”, esto lo dije en un discurso para una fiesta de la primavera. Cuando terminé, miré hacia un costado y veo a un hombre mayor absolutamente emocionado que había vivido muchos años en la calle. Esto fue muy conmovedor para mí y más en estos momentos de pandemia.