Por: Mercedes Viera Cerna, miembro de la Mesa de trabajo de ONGs y afines sobre personas adultas mayores
Desde hace 5 años la Mesa de Trabajo de ONGs y Afines sobre Personas Mayores, y miembro de HelpAge, ha venido apoyando constantemente la incansable lucha para que el gobierno de Perú apruebe y ratifique la Convención Interamericana de Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, un instrumento vinculante para que la población mayor disfrute de sus derechos y libertades. A pesar de los altibajos experimentados en este camino hacia la firma, nace una nueva esperanza en las próximas elecciones al Congreso, donde se debe elegir a unas personas con una mentalidad abierta que permitan que la Resolución Legislativa sobre la Convención se apruebe definitivamente, y así poder incorporarla a la legislación nacional.
Esta lucha viene desde junio del 2015, cuando la Mesa de Trabajo estuvo al tanto de que Perú pudiera ratificar la Convención Interamericana. Se trabajó en varios niveles con la población mayor; el Ministerio de la Mujer; y principalmente con el Ministerio de Relaciones Exteriores, que estaba encargado de este tema, de la mano de la Defensoría del Pueblo.
Pese a la poca importancia que las instancias públicas le dieron al tema, estuvimos como institución prestos a dar los argumentos necesarios para esclarecer a las autoridades en diversos puntos álgidos. Tuvimos el apoyo de Helpage para realizar eventos y conversatorios para que las personas mayores y la ciudadanía conocieran la Convención y los derechos humanos de este grupo etario.
Cuando se logró que estuviera completo el expediente, fue el Ministerio de Relaciones Exteriores el encargado de presentar la Convención al Congreso, donde fue derivado a la Comisión de la Mujer y, con dictamen favorable, a la Comisión de Relaciones Exteriores. La Convención nuevamente se impulsó con otras instituciones para que fuera debatida, y con un dictamen favorable fue enviada para su aprobación en el Pleno del Congreso.
El 14 de junio del 2018, el pleno del Congreso aprobó por unanimidad la Convención, lo que se formalizaría a través de una Resolución Legislativa. Sin embargo, horas después de su aprobación un congresista de la mayoría parlamentaria pidió una reconsideración y paralizó el proceso de aprobación. En una entrevista posterior, argumentó que debía excluirse la palabra “Género” del texto de la Convención, pese a ser un documento internacional, porque ese concepto no es aceptado por su religión. En marzo del 2019, se volvió a votar y se aprobó pero el mismo congresista y otros fundamentalistas volvieron a presentar una reconsideración, dejando la aprobación en el limbo.
Luego de dejar en claro los terribles problemas en que están metidos muchos de los congresistas, quienes están por sus intereses particulares y no por los intereses del país, ante la disolución del Congreso, el limbo en el que se encuentra la Convención puede terminar, al momento en que los congresistas que debemos elegir el 26 de Enero del 2020, y que son los llamados a ver los temas que han quedado pendientes de este Congreso, tengan una mentalidad abierta que permita que la Resolución Legislativa sobre la Convención se apruebe definitivamente y así podamos incorporarla a nuestra legislación nacional.
Por ello, las personas mayores debemos exigir que sean personas honestas que quieran trabajar por el país y no por su propio beneficio o interés sectario. Debemos estar atentos y alertas en lo que ofrecen los grupos políticos y estar allí para esclarecer la necesidad de tener la Convención aprobada al más breve plazo. Si las asociaciones de personas mayores y las instituciones privadas y públicas se unen, se logrará el objetivo.