Durante la Semana Mundial de la Inmunización, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó un llamamiento mundial para ponerse al día con las vacunas perdidas debido a las interrupciones causadas por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, “la gran puesta al día” solo se centró en reducir las vacunas perdidas entre los niños.
Si queremos asegurarnos de volver a encarrilarnos después de la interrupción causada por la pandemia de COVID, los servicios de salud deben garantizar que las personas de todas las edades, incluidas las personas mayores, reciban la inmunización que no recibieron.
La pandemia de COVID-19 interrumpió los servicios de inmunización de rutina en todo el mundo, lo que provocó un atraso masivo de vacunas perdidas. Este retraso se aplica tanto a las personas mayores como a los niños. Si realmente queremos recuperarnos de la pandemia, es vital priorizar también las vacunas de adultos, especialmente, para las personas mayores que corren un mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa de enfermedades prevenibles por vacunación.
La COVID-19 exacerbó las desigualdades existentes para las personas mayores
El impacto desproporcionado de la COVID-19 en las personas mayores indica claramente que se quedaron atrás en las respuestas a la COVID-19.
La OMS estima que el 85% del exceso de mortalidad durante 2020 y 2021 se produjo en países de ingresos bajos y medios, con un total de 12,7 millones de muertes. Más de tres cuartas partes de estas muertes fueron entre personas mayores.
Un enfoque de vacunación para toda la vida
Si algo debimos aprendimos de la pandemia, es la importancia de la vacunación.
La COVID-19 destacó la importancia crítica de la vacunación en todas las edades. Esto hace que sea imperativo que los gobiernos no solo aborden las vacunas infantiles perdidas, sino que también establezcan una plataforma para la inoculación a lo largo de la vida. La integración de los programas de salud está avanzando hacia el logro de la cobertura universal de salud.
Es crucial que la implementación de la iniciativa “La gran puesta al día” aplique las lecciones aprendidas de las vacunas COVID-19. Los gobiernos deben garantizar que los esfuerzos de distribución de vacunas sean eficientes, equitativos y accesibles para todas las edades. Esta iniciativa podría marcar una diferencia real si brinda la oportunidad de construir una plataforma para un enfoque de vacunación a lo largo de la vida.
A medida que envejecemos, nuestras necesidades de vacunación cambian, y la propagación de algunas enfermedades se puede prevenir con las vacunas recomendadas para adultos. Si queremos construir sistemas de salud resilientes para gestionar futuras pandemias, el restablecimiento de los niveles de vacunación prepandémicos y la preparación para el despliegue de nuevas vacunas deben llegar a todos, independientemente de su edad.
La evidencia de varias evaluaciones de oportunidades perdidas indica que aún no se han logrado los beneficios potenciales de integrar los servicios de inmunización con otros programas de salud (aumento de la cobertura de inmunización, reducción de la mortalidad y la morbilidad, mejor uso de los recursos sanitarios).
Por Christiana Fashola, Asesora de Vacunas COVID-19